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viernes, 17 de abril de 2015

Liderazgo personal

Ponencia para el Curso Taller de Diálisis Peritoneal realizado del 6 al 10 de abril de 2015 para el personal de enfermería, en el Auditorio del H.G.Z 1 “A” Dr. Rodolfo Antonio de Mucha Macías


José Manuel Ruiz Regil 

Terapeuta holístico/Escritor


Aprovecho la oportunidad de haber sido invitado a dar esta ponencia para agradecer públicamente a la enfermera en jefe de la Unidad de Diálisis, Patricia Gómez Torres, a Víctor León Méndez, Isauro, Amelia, Berenice, y a todos los que trabajan en el equipo de la Doctora Ilabaca por ayudarme a dar no el salto de la muerte, sino el salto de la vida. Cuando en septiembre del 2014 llegué a la consulta venía con insuficiencia renal fase 5. Es decir, la última de la última. El tratamiento sustitutivo con diálisis peritoneal era inminente. Hoy, gracias al incansable apoyo de mi esposa, de mi familia, y al acompañamiento empático de estos profesionales puedo estar aquí frente a ustedes compartiendo uno de los temas más trascendentes dentro del desarrollo humano: el liderazgo personal.

Elegí un par de versos de uno de los poetas más conocidos de nuestra tradición para sintetizar mi mensaje. Sólo les puse las iniciales del nombre porque quiero que lo recuerden ustedes, y si no lo logran identificar de entrada, al final de la presentación concluyo con el verso que se ha vuelto lugar común, sabiduría popular, y que estoy seguro todos van a reconocer.

“Que si extraje la hiel y la miel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel y mieles sabrosas”. A.N.


La figura que da a hiel y miel, además de la rima interna, el significado de lo bueno y lo malo de la vida es la metáfora. De meta (más allá) y fore (llevar), es decir, que el significado de una palabra lo llevamos más allá para significar otras cosas. Y eso mismo vamos a hacer con el siguiente video que les voy a presentar. Vamos a ver una grabación del Concierto número 1 de Paganini en D mayor Opus 6, Rondó Espirituoso, interpretado por la Limburg Symphony Orchestra, bajo la dirección de Yoel Levi. Dura diez minutos, y voy a pedirles tres cosas: 1 que disfruten la música, 2 que lo escuchen y lo observen, y 3 que piensen en la orquesta como la metáfora del hospital donde trabajan.
   
   

Cada sección de instrumentos está compuesta por varios músicos que aportan su experiencia y su habilidad para hacer que suene armónica la parte que les corresponde. Sucede con las cuerdas, los metales, las percusiones, los alientos. Sin embargo hay un responsable de cada sección que es un músico experimentado, alguien que lidera esa sección, pero es casi imposible notarlo a simple vista. Parece que todos tocan lo mismo. Sin embargo, la partitura de los violines no es la misma que la de las violas, los chelos o los contrabajos. El rondó comienza con un solo de violín interpretado por el primer violín de la orquesta. En este momento es a él a quien se le entrega la responsabilidad de llevar la voz principal del movimiento. Pero una vez que concluye su solo, se integra nuevamente al grupo como uno más de la orquesta.

El director es el responsable de hacer que la música llegue a buen fin. Levi es también un músico que seguramente no sólo toca el violín, sino también el piano, y tal vez otros muchos instrumentos. Además, conoce perfectamente la partitura de cada una de las secciones y contribuye con su experiencia a lograr la interpretación más apegada a lo que el autor, Paganini, escribió. Muy probablemente ejerza la crítica musical y de clases, entre otras actividades relacionadas con la música. Piensen en él como si fuera el director del hospital, un médico que además desempeña muchas otras funciones. Cada uno de ustedes es un instrumentista cuyo trabajo es esencial para la realización del concierto. Así como un enfermero/a tiene conocimiento técnico, maneja varias maniobras y procedimientos, y aplica diversas terapias, pero que por encima de todo ello su intención, disciplina y valor personal hacen la diferencia en el servicio, así el músico tiene que dominar ciertas técnicas para hacer el piccicato, el glisando, el ataque del arco…y superar retos para desempeñar el papel que le corresponde dentro de una pieza determinada.

La estructura de una orquesta, como la del ejército y los hospitales es sumamente rígida y jerárquica, por eso sirve como un buen ejemplo para verse retratado en ella. Así como en el hospital ustedes visten de blanco, lo cual además de sugerir la idea de pulcritud también es un símbolo de impecabilidad en el trato, orden y respeto por los pacientes, en la orquesta el "smoking" negro es una forma de homogeneizar los egos y estar todos al servicio de un objetivo único: la armonía musical, donde no puede sobresalir el estilo personal de un individuo en particular en el estilo, porque eso implicaría sabotear el proyecto colectivo. Quizás un músico que desea mostrar sus dotes creativas mantenga, paralelamente, una carrera como solista. Algo muy parecido nos pasa a aquí.

Cada uno de ustedes tiene una responsabilidad muy importante en la realización de las tareas que contribuyen a que los pacientes recuperemos la salud. Y a veces cambiamos de rol y nos toca ser el primer violín o el director de orquesta, y hay que tener el suficiente valor para asumirlo.

Ahora, todos conocemos personas que ocupan posiciones de liderazgo o son líderes natos, ¿qué características podemos observar en ellas? Aquí enuncio sólo algunas como punto de partida para que ustedes completen la lista:

Influye en los demás, logra sus metas, transforma la realidad, se adelanta a su tiempo, es perseverante, concilia los intereses de muchos, sabe escuchar, aprende con rapidez… ¿Qué más?

Por allá al fondo se oye una voz que dice: ser crítico.

Efectivamente, ser crítico, auto-crítico para aprender de los errores propios y ayudar a otros a que superen sus limitaciones en un ambiente de camaradería, por supuesto que es una característica muy útil de un líder.

De aquí que podríamos trabajar con una definición muy común de líder que es:



Un individuo que logra sus objetivos a través de 
ayudar a los demás a lograr sus objetivos propios. 

Y podremos reconocer, al menos, tres tipos de liderazgo. El liderazgo por autoridad, es decir aquel que es líder porque está a la cabeza o es el designado para mandar. O es el que más experiencia tiene y es autor de innovaciones y procesos que le son reconocidos como quien va la cabeza da la disciplina. 

Los padres, maestros, la policía, también son líderes por autoridad. A veces coincide que el líder es a la vez el jefe, aunque no siempre el jefe suele ser el líder. El jefe deberá tener la sensibilidad suficiente para identificar el liderazgo nato y las habilidades de cada uno de los miembros de su grupo para delegar tareas y lograr los objetivos.

El líder de ejemplo es aquel que reconocemos nosotros como un modelo a seguir. Puede ser un compañero de trabajo, una figura pública, un maestro de quien aprendemos la forma de hacer las cosas y lo imitamos esperando lograr sus mismos resultados. Aunque no siempre funciona en la construcción del liderazgo personal o propio. Pues cada quien tiene que transitar su propio camino. Como dice la filosofía budista “Cuando encuentres un buda en el camino, córtale la cabeza”.

El líder carismático es aquel ser encantador que con su sola presencia tiene el poder de influir en los demás, aún cuando no siempre esté en lo correcto. Debemos tener cuidado con este tipo de personas, porque en estado de desequilibrio pueden utilizar su carisma y su persuasión para lograr sus fines personales únicamente, sin pensar en los demás, en el bien común. En este caso no sería un líder, sino un tirano. ¿Qué tipo de líder eres tú?

Entonces nos preguntamos ¿Un líder nace o se hace? Y la respuesta es las dos cosas porque el liderazgo es 


la puesta en marcha de una estructura de valores éticos que rigen el destino de un individuo libre. 

Esta es una definición libre de mi autoría. Y voy a profundizar en algunos de los términos que ésta incluye.
Solemos confundir la ética con la moral, pero la ética es la base de nuestras decisiones, y esa difícilmente cambia con el paso del tiempo, porque responde a lo que somos en esencia, a lo más íntimo: es un principio existencial y dicta valores de naturaleza universal como el respeto a la vida, la búsqueda de la verdad, la fraternidad. En cambio lo que hoy es inmoral, mañana es moral. La moral es muy parecido a lo que hoy solemos denominar como “lo políticamente correcto”. Son las costumbres de la sociedad. Lo deseable sería llegar a ser amoral. Es decir, ser tan éticos que nuestras acciones estén por encima del bien y del mal.

Los valores son virtudes o principios que expresamos en acciones. Auguste Compte-Sponville en su Pequeño tratado de las grandes virtudes define virtud como una montaña entre dos valles de vicios. Los valores pueden ser de varios tipos: Filosóficos, como la verdad, el amor o la bondad; técnicos, en el caso de la enfermería, saber de anatomía, procedimientos, algo de farmacéutica; Sociales, habilidades de comunicación, cooperación; Políticos, manejar algunos idiomas étnicos, mostrar compromiso social, equidad de género.

La cultura popular nos ha hecho creer que el destino es un sitio adonde se llega después de un trayecto. Sin embargo, en realidad, el destino es el camino recorrido para llegar a donde estamos en el presente; es el camino que dejamos atrás y que nos ha traído hasta aquí.

Uno de los principios universales que nos enseñan la mayoría de las religiones y filosofías tradicionales se puede resumir en aquello de “Haz al otro lo que quieres que hagan para ti”, que no lo dijo Jesús, sino que la sabiduría popular ha traducido del evangelio donde dice “Amaos los unos a los otros”, que tampoco fue dicho así, pues Jesús hablaba en Arameo. Amar es conocer. Pero, ¿cómo amar a otro si no me amo a mí, si no me conozco, si no sé quién soy? Amor, también, en una definición muy práctica, es dejar ser al otro lo que es. Y es muy sencillo compartirlo una vez que uno mismo se ha dado esa oportunidad. Pero el proceso dura toda la vida.

A veces queremos amar, pero tomamos acciones con las motivaciones equivocadas, pues esperamos que aquello que damos nos sea dado en igual medida, y eso, normalmente no sucede. Esto me recuerda una frase de Alfonso Ruiz Soto, maestro del Cuarto Camino, que dice “quien siembra expectativas, cosecha frustraciones”. ¿Parece ser la misma mecánica del verso con el que iniciamos, no es cierto?

La libertad es la capacidad de elegir entre dos o más opciones y responder por las consecuencias de esa elección. Una de las elecciones más importantes para el liderazgo personal es el perdóna un mismo, es decir a la de la aceptación de la vida tal cual es. Paul Ferrini, un psicólogo italiano, autor del libro Los 12 pasos del perdón, nos dice que perdonar es optar por el amor en vez de por el miedo. Esto es para pensarse. Si cada vez que no opto por el amor, es decir por una actitud de sí a la vida, de sí a los problemas, a la realidad tal cual es, estoy eligiendo el miedo, la inmovilidad, el estancamiento. En cambio si opto por el amor, aquella luz me traspasa y trasciendo la oscuridad.

Para poder optar entre estos caminos es necesario tener un mínimo de conocimiento de las cosas y de uno mismo, por eso es importante desarrollarse integralmente en lo físico, en lo sexual, donde se encuentra la energía creativa y espiritual, en lo mental y en lo emocional. Y existen diversas formas de cultivar estos campos. La parte física tiene que ver con el mantenimiento de los aparatos y sistemas, para ello es esencial una buena alimentación y el ejercicio. Yo recomiendo el Yoga, pues al tiempo que tonifica, relaja y estimula las glándulas, por lo que se consigue un equilibrio total, pero cada quien tendrá que encontrar la disciplina que más le convenga de acuerdo a su temperamento y posibilidades.

La energía sexual es muy importante saberla manejar. Es ahí donde se asienta nuestro poder creativo y espiritual. Pero hay que trabajarla para irla sutilizando hasta convertirla en iluminación.Podemos ser muy constructivos con ella o destructivos. Efectivamente, el autoerotismo, el erotismo en pareja, y las prácticas sexuales conscientes favorecen el manejo de esta energía, pero también el ejercicio de la creatividad en todo momento, buscar y encontrar un punto de vista distinto a como normalmente vemos las cosas. Explorar es el secreto. Recordemos el rostro de Santa Teresa y de María en la Piedad de Miguel Ángel, en ambos casos el éxtasis místico se parece mucho al gozo sexual.

La mente se cultiva con una buena conversación, la lectura, los cursos como este, las conferencias y la aprehensión de toda la información que nos va a permitir llegar a nuevas conclusiones y ampliar nuestro horizonte de acción. Además, en una época donde toda la información está en la red, la diferencia la hace aquel que sabe manejarla, que construye con lo que sabe, no solamente el que repite lo que todos conocen.

Y las emociones se cultivan a través de la meditación, la oración, la contemplación de la naturaleza, la convivencia con los animales y exponiéndonos a la experiencia estética del arte. Cada quien, en la medida que se conoce puede armar un estilo de vida que lo nutra, y que nutra a los que están a su alrededor. De esta manera podemos construir comunidades pacíficas con sentido de trascendencia.

Llegado a este punto les preguntaré ¿Cuáles son las habilidades básicas para ejercer la enfermería? En el grupo contestan que ser humanitario, tener empatía, ser cooperador, solidario, que le guste la biología, estudiar y estar actualizado. Efectivamente, de entrada el ejercicio de esta profesión descarta como líderes a aquellos que no posean, mínimamente, estas características. Estamos de acuerdo.

Dos preguntas básicas para iniciar este camino de auto-conocimiento que es la base del liderazgo personal. ¿Quién soy? ¿Adónde voy? Las dos preguntas filosóficas básicas que nos llevan a una tercera para poderlas contestar ¿De dónde vengo? Para saberlo aquí les propongo algunas estrategias que pueden funcionar como caminos a explorar.

La autobiografía. Conocer la vida de nuestros padres y abuelos, tíos y personas cercanas a nuestro medio ambiente es importante porque podemos conocer patrones de conducta que heredamos o repetimos por varias razones. Te recomiendo hacer tu árbol genealógico y conocer lo más posible de los gustos y aversiones de tus ancestros; enfermedades, accidentes, vocaciones, vicios. Toda esa herencia es el capital inicial con que cuentas.

Conocer y manejar nuestras filias y fobias puede salvarnos la vida. De igual forma detectar las fortalezas, las habilidades y las debilidades de carácter puede definir con mucho las opciones a tomar. El Tao Te King, un libro de sabiduría escrito por Lao Tsé en el Siglo VI a.c. dice:



“Quien conoce a los hombres es inteligente.

Quien se conoce a sí mismo es iluminado.

Quien vence a los otros posee fuerza.

Quien se vence a sí mismo es aun más fuerte”.


Este sagrado camino de auto-conocimiento es muy probablemente, el único y real sentido que tiene la vida. Si vivimos setenta años y morimos sin saber quienes somos y qué es lo que aportamos a la vida, sólo vinimos a perder el tiempo, a hacer bola y a convertirnos en clientes frecuentes de cualquier cosa. En cambio, si aprendemos desde muy jóvenes que todo lo que sucede es un mensaje del maestro interior, poco a poco iremos creando esa armonía musical necesaria para empatar lo que deseamos con lo que pensamos y hacemos.

Los primeros maestros que tenemos son “Los golpes de la vida”. Decía San Agustín, que "errar es humano, pero mantenerse en el error es diabólico”. Una forma de hacer un poco más amable este camino es a través de “Terapia psicológica”. No es que vayamos al psicólogo porque tengamos algún desequilibrio patológico. El espacio terapéutico es muy importante para reconocernos. Otros “grupos” donde se comparten ciertas experiencias comunes son los llamados anónimos (alcohólicos, comedores compulsivos, neuróticos, adictos) donde la camaradería, la empatía y la conciencia colectiva contribuyen a ampliar los horizontes para que el individuo tome mejores decisiones que le ayuden a construir una vida más plena.

“La lectura”
es otra herramienta ideal para confrontar la concepción del mundo con la de muchas otras formas de pensar. Vivir experiencias que sería imposible vivir en carne propia genera tolerancia, empatía, estimula la imaginación, aporta puntos de vista que enriquecen la experiencia personal. Leer mucho es vivir muchas vidas.

“La religión”, cualquiera, cuando es bien administrada como un conjunto de valores morales que guían la conducta del individuo hacia la procuración del bien y la fe, puede ser también un camino muy rico. Sin embargo, cuando el dogma aplasta a la razón y la capacidad de ejercer el pensamiento propio, la crítica y la expresión individual es momento de brincar a otro tipo de ayuda. Existen muchas Escuelas de iniciación donde se instruye a las personas en diversas ciencias de la naturaleza y el cosmos. Algunas de estas escuelas son precisamente, la cúpula de las religiones más tradicionales, pero no es fácil acceder a ellas. Sin embargo, están los Masones, la Gran Fraternidad Universal, el Opus Dei, el Instituto de Kabalah, y muchos otros grupos de estudio que apuntan hacia la evolución espiritual del ser humano a través de su experiencia en la tierra.

Con esto en mente nos topamos con el conflicto entre lo que mi liderazgo personal me exige y la estructura jerárquica de poder que existe en mi centro de trabajo. ¿Cómo hacer que no se contrapongan? Primero ubicar perfectamente el sentido del liderazgo que deseo ejercer conmigo mismo; saber qué quiero, adónde voy, con qué cuento. Y tratar de empatar mis objetivos con los de la institución para servir con lo mejor que tenga al logro de un objetivo común, que a su vez, redunde en un éxito personal de crecimiento integral.

Un entrañable escritor mexicano, nacido en Aguascalientes, Jorge Ibarguengoitia dice en alguna de sus Autopsias rápidas “Si tengo que prepararme es que no estoy preparado”. Me gusta mucho esta frase porque es una invitación a estar preparado siempre, de tal forma que cuando surjan las oportunidades se puedan tomar con toda naturalidad, porque no es que vayamos a disfrazarnos de algo que no somos para realizar una tarea, sino que somos eso porque es lo que hemos elegido y donde hemos elegido cultivarnos. En este caso cada uno de ustedes puede decir: La enfermería soy yo. Y asumo toda la herencia y tradición de mi disciplina y soy capaz de aportar una nueva visión que contribuya al desarrollo de esta profesión.

Para ello es importante no confundir el crecimiento con el poder. A veces es fácil confundir el desarrollo con la obtención de puestos de poder que en ocasiones nos alejan de nuestra verdadera vocación. Por lo regular los puestos de mayor rango tienen más peso administrativo que operativo. Hay que saber qué es lo que buscamos, curar o administrar a los que curan, crear o administrar a los que crean, producir o administrar a los que producen. Y para ello es esencial decir, como lo dijo nuestro héroe del cine nacional, Pedro Infante “Yo soy quien soy”.

Ya que es viernes y están por terminar este curso de una semana les propongo terminar esta ponencia escuchando, a la luz de nuestras reflexiones, la letra de esta canción, y piensen, como en el primer ejercicio de la orquesta, en su ambiente de trabajo.

         
Ahora sí. Para los que no han recordado el poema o no han dado con el nombre del autor les diré otros versos :

“Porque veo al final de mi duro camino,
Que yo fui el arquitecto de mi propio destino”

¿Verdad que sí conocían el poema En paz, de Amado Nervo?
Si alguien quiere hacer un comentario o alguna observación, por favor. Les agradezco mucho su atención. Espero que estas reflexiones sobre el liderazgo personal y la construcción de uno mismo les sean de ayuda en el ejercicio de su profesión.
     
Isauro, Claudia, Víctor, jmrr y Paty.

Muchas gracias. Hasta pronto.




lunes, 13 de abril de 2015

Ángeles Blancos, una luz en la obscuridad, por Claudia López Vargas

El pasado miércoles 8 de abril de 2015, tuve la fortuna de dictar una conferencia en el HGZ1 Venados del IMSS, recibí la invitación casi un mes antes por parte de Patricia Gómez, Jefa de Enfermeras del Departamento de Nefrología de dicho Hospital.  Aquí comparto la conferencia.


“Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que constante y paciente la sostiene en la sombra.”
Rabindranath Tagore-

Y tú ¿crees en los ángeles?

¡Yo sí!
¿Y sabes? Vienen en muchos tipos de presentaciones…
Los hay:
ü  Pequeños.
ü  Muy grandes.
ü  De colores.
ü  Peludos.
ü  De muchos sabores.
ü  En muchos idiomas.
ü  En muchas formas.
ü  Con diferentes sonidos.

Todos ellos son ayudas para caminar por los obscuros senderos de los padecimientos crónico-degenerativos y de las enfermedades proporcionando luz, fortaleza y seguridad en donde el miedo, la inseguridad y la falta de información son los enemigos a vencer.

Cuando un diagnóstico surge, ya sea esperado o no, se toca realidad con mucha fuerza, el paciente tiene que entender y digerir la situación y deberá de estar rodeado de un equipo de personas que puedan ser de utilidad y apoyo en todo momento; este equipo, en su forma ideal, deberá de estar compuesto por su cónyuge, hijos, padres, familiares, amigos, equipo médico especializado y por un compacto y bien entrenado equipo de enfermería que, en todos los casos, son el primer y más importante enlace del paciente con los procedimientos médicos, su lenguaje y el entendimiento real de su nueva condición de vida.

Creo importante tocar algunos temas como el Empoderamiento del paciente y el Derecho que tiene a la Salud.  Lamentablemente son temas que no estamos acostumbrados a debatir, a platicar, a conversar y que hoy en día son de los temas que deberían de tener un gran realce e importancia en nuestras instituciones de salud.

Es muy importante entender y comprender de dónde proviene el derecho a la salud y qué es lo que podemos entender como derecho a la salud. Recuerden que el Derecho a la Salud es el estado de absoluto bienestar físico, mental y social. Cuando hablamos de la salud no solamente nos estamos refiriendo a la parte biológica o al restablecimiento biológico. La realidad es que este derecho abarca el bienestar físico, mental y, por supuesto, el social. Por eso desde la perspectiva de la constitución de la Organización Mundial de la Salud, en el año de 1946, se establecía claramente ese equilibrio bio-psicosocial del individuo como parte fundamental de los seres humanos. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su Artículo número 25, encontramos que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure no solamente a la persona, sino también a su familia la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

El empoderamiento es la capacidad que tenemos o que tiene el paciente o el usuario de un servicio para tomar decisiones que van a depender de la información que se tenga a disposición. Del conocimiento que pueda tener o llegar a tener el paciente sobre su estado de salud, su diagnóstico y su padecimiento van a surgir las decisiones sabias o inteligentes que puedan llevarlo a una adherencia real al tratamiento a seguir o el rechazo que pueda tener a esta adherencia. Es el paciente y sólo él, el que toma esta decisión y deberá de ser en conciencia, información y entendimiento de la situación por la que está pasando.

Para que se logre un empoderamiento adecuado del paciente tendríamos que hablar, en primera instancia, de enseñar, educar y apoyar. No puede haber empoderamiento, no puede haber transformaciones de estos elementos que se tienen de manera clásica, mientras que no exista una transformación en las personas. Y la única forma de lograr una transformación en el ser humano es a través de la educación. La educación que no transforma, es una educación que no logra sus objetivos.

Una persona que asiste a un curso, a un congreso, a una plática, evidentemente tiene que tener algunos elementos de transformación ya que si no sucede de esta manera solamente es una receptora de información sin elementos críticos ni posibilidad real de toma de decisiones.

En la relación cuerpo médico - paciente, específicamente hablando de empoderamiento, lo ideal sería que los profesionales de la salud se tomaran el tiempo de explicarle al paciente su padecimiento, las opciones de tratamiento, las ventajas de cada uno de ellos, así como los efectos secundarios. Es factible que el paciente tomará una decisión con convicción de seguirla, en muchas ocasiones inclusive guiados por la decisión de su orientador y que esto lo llevará a alcanzar las metas deseadas de una mejor manera y en un menor lapso de tiempo.

Recordemos que la enfermedad crónica tiene una historia natural propia, según los niveles de Leavell y Clark hay una historia natural de la enfermedad que tiene una evolución incierta y que es individual en cada paciente, que constituye un reto para el investigador y también para el clínico, que hay respuestas no esperadas en estos pacientes, que se puede producir incapacidad orgánica, que pueda ser que el paciente recurra a tratamientos no aprobados por los comités ni por el sector salud.

Sabemos cómo la medicina alternativa ha tenido un auge y cómo se ha perdido la confianza en la medicina alópata y que muchas de estas técnicas alternativas dan buenos frutos a los pacientes en sectores no explorados por la medicina alópata. El paciente busca otras alternativas porque ve que esta nueva situación de vida “va para largo” o que es para toda la vida y trata de explorar otros métodos de salud, sanación o bienestar.

Hay una disminución de la productividad, de las satisfacciones y de las aspiraciones que tenía la persona. Cuando se le diagnostica una enfermedad crónico-degenerativa la vida cambia y cambian todas sus actividades. Todo esto tiene un costo social elevado para nuestro país, tiene un costo en lo personal, en la salud familiar y en la salud social.

El paciente tiene que tener conciencia de su enfermedad, no para que tenga las complicaciones que oye pueden existir, ni para que la pase mal, sino para que tome todas aquellas medidas que lo lleven a mejorar su calidad de vida y que lo ayuden a tener un excelente control de su salud.

La diferencia en la percepción y en la evaluación de los síntomas depende de muchas variables psicológicas y sociales y son las que determinan esas peculiaridades de respuesta ante la enfermedad. Así pues, la conducta de enfermedad puede darse por etapas.

Este proceso es muy similar a las etapas del duelo. Lo primero que hace el paciente es evaluar el significado y la consecuencia de cada uno de los síntomas que presenta.
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Luego encontramos la etapa de negación, en la que no se cree que el diagnóstico recibido sea correcto, real o personal.

Después de la negación viene la ira, el coraje o el enojo y el paciente buscará una explicación a las causas que han contribuido a que esos síntomas estén presentes y puede, en ocasiones, o auto-culparse o buscar culpables de lo que le pasa y es muy fácil migrar los sentimientos de frustración y enojo a cualquier otra persona o situación empezando, siempre, por los más cercanos a su vida diaria.

Lo que sigue es evaluar las posibilidades de afrontar la situación a través de un proceso de comparación social. Este proceso puede tener repercusiones positivas o negativas en el punto de vista del paciente ya que sus parámetros de medición y control de daños serán en función a los más cercanos a su vida y de qué manera vivieron un padecimiento igual o similar.

Invariablemente llegará el momento de medir las repercusiones de la enfermedad en la vida cotidiana, qué tanto limita la enfermedad para trabajar, para relacionarse con los demás, para las actividades cotidianas, incluso las de tipo recreativo.

Otro parámetro importante es el papel de la familia y el modelo de respuesta que otros han dado ante el mismo problema. Hay que tomar en cuenta una muy amplia gama de variables psicosociales que intervienen en la conducta del individuo ante la enfermedad, entre ellas tenemos las creencias de salud que tiene el paciente, y es algo que muchas veces el médico no investiga. Algo fundamental para que los pacientes tengan adherencia terapéutica es la relación médico-paciente y es la comunicación que se establece entre el personal de salud y la población de derechohabientes o de pacientes. Si hay una buena comunicación, vamos a hacerle la pregunta al paciente sobre qué piensa acerca de su enfermedad o a qué cree que se debe su enfermedad o padecimiento. Esta pregunta se puede convertir en la parte medular de la recuperación del paciente ya que pone en juego su cúmulo de creencias acerca de su restablecimiento.

En este punto es fundamental cuidar la buena, correcta y asertiva comunicación con el paciente ya que es importante estimar las causas que él cree han causado su enfermedad o padecimiento y así poder explicar de una mejor manera las causas clínicas de la situación ayudando a enfocar de una mejor manera la cognición del paciente hacia un estilo de vida más sano que no se riña con sus creencias fundamentales. Es importante tomar en serio cualquier tipo de creencia, religión, filosofía o postura ética del paciente, de esta manera se podrá crear un vínculo mucho más eficiente de comunicación y trabajo en equipo para conseguir adhesión al tratamiento logrando alcanzar las metas fijadas para la mejor calidad de vida del paciente.

Se dice que hay dentro de la personalidad un aspecto que se llama locus de control que es la forma en cómo el ser humano percibe lo que le pasa o lo que sucede a su alrededor. Hay dos tipos de locus de control: el interno y el externo.

Ø  El paciente con locus de control externo no es un paciente adherente a ningún tipo de tratamiento ya que siente y está convencido de que todo lo que le pasa es siempre culpa de algún agente externo a él y que no tiene el control de la situación.
Ø  En cambio, el paciente con locus de control interno sabe que la responsabilidad de su salud es él mismo, que la salud es un derecho y que cualquier decisión que tome repercutirá directamente sobre esta.  Será un paciente que se informe, que quiera saber y aprender de maneras más eficientes para tomar mejores decisiones.  Este es el tipo de paciente con una fuerte adherencia al tratamiento que crea más conveniente y lo llevará a cabo metódicamente. 

También encontramos las creencias de control, entre ellas están las adaptativas y las recurrencias.
Ø  Las adaptativas son las personas que creen que pueden controlar su enfermedad siguiendo hábitos saludables, son aquellos que sí son sensibles, o siguiendo al pie de la letra todas las indicaciones que el médico, el terapeuta o el personal de salud indique y son los que presentan mayores ajustes que los que no tienen tales creencias.
Ø  En el caso de las recurrencias, son mayores éstas en los que creen que nada pueden hacer por mejorar su situación. Aquel paciente que cree que no tiene control de su vida y de su enfermedad, es por eso que no pone de su parte y el progreso de su mejoría es muy lento o nulo.

Hay otro aspecto que creo es muy importante que se tome en cuenta, el significado de la enfermedad. El significado funciona como un núcleo cognitivo que influye sobre las respuestas emocionales y motivacionales ante la enfermedad y también tiene que ver con las estrategias de afrontamiento que el paciente presenta. Cada paciente crea un significado que refleja experiencias personales previas, sus creencias sobre la enfermedad, el grado de conocimiento que tiene sobre ello y el bagaje cultural que tiene. Hay personas que ven la enfermedad como un desafío, y que al verla de esta manera van a ser los que en mayor grado buscarán ayuda médica, son pacientes cooperadores, son los que buscan información y que además buscan gratificaciones.

Hay otro elemento que también impacta en la adherencia terapéutica y en el desarrollo de la enfermedad y que se llama autorregulación, que puede darse por etapas de procesamiento y que se define como la representación de la enfermedad y la emoción que acompaña a ésta.

Hay una planificación, una selección, una aplicación de respuestas para afrontar la amenaza objetiva de la enfermedad y las reacciones emocionales. Hoy se habla de que tenemos nueve tipos de inteligencia, dos de ellos serían: la académica que logramos con el paso de los años por la escuela y la inteligencia emocional que muchas veces adquirimos desde que nos amamantan. Es precisamente esta inteligencia emocional la que permite que el paciente pueda auto-regular sus síntomas al tener un mayor control sobre sus emociones, afectos y la comunicación que pueda generar con los demás. Las personas carentes de autorregulación, generalmente carecen de control sobre sus emociones y, por ende, sobre sus padecimientos o enfermedades, se encuentran a la deriva en oleadas interminables de emociones adversas.

Deberíamos ser un equipo de salud multidisciplinario e interdisciplinario en el que el paciente y la familia formamos parte integral de los esfuerzos clínicos y entre todos podemos lograr la meta de salud y calidad de vida para nuestros pacientes.

De esta manera podemos pensar que es muy importante que todos los factores de tipo psicosocial estén presentes y que el paciente con enfermedad crónico degenerativa necesita, de manera eficiente y puntual, apoyo sicológico. Los objetivos de dicho apoyo deberán de ir encaminados a brindar apoyo emocional para el mejor desempeño del paciente a lo largo de sus decisiones y de su adherencia al tratamiento; a mantener a los pacientes y a los familiares informados acerca de la enfermedad, a informar sobre las expectativas en cuanto a las posibilidades de remisión, de empeoramiento, de rehabilitación física; a informar sobre los nuevos medicamentos o métodos terapéuticos de nueva creación; a mantenerlos al día y en alerta contra ofrecimientos de curas milagrosas o curas mágicas y también sobre terapias y métodos alternos que puedan ser de utilidad. Si dentro del área de la salud se logra que el paciente busque curas terapéuticas, holísticas y apegadas a su forma de pensar, de ser y de creer, entonces estamos haciendo que el paciente participe de manera activa, de manera adherente y que, con ello, mejore su estado de salud.

Es trabajo de todos los que rodeamos a los pacientes que vivan con calidad, que vivan con valor, que vivan con excelencia, que vivan con productividad, con motivación cotidiana ante la vida, que conozcan su padecimiento, que lo acepten, que tengan razones, que estén convencidos de su valor dentro de la sociedad y que alcancen sus metas y logren satisfacciones.

Ustedes saben muy bien quien fue Florence Nightingale y el importantísimo legado que nos dejó a todos, sin importar la profesión que tengamos.  Además de cimentar la profesión de enfermería, dar con sus ideas la base en la cual se creó la Cruz Roja Internacional, fue una gran activista, luchó por la equidad de género y se irguió como una feminista incansable aunque, paradójicamente, prefería la compañía de hombres para poder exponer sus ideas.

Y es precisamente de ella, cuando en pleno conflicto de Crimea, un artículo en The Times, publicado en la edición del jueves 8 de febrero de 1855, decía:
“Sin exageración alguna es un «ángel guardián» en estos hospitales, y mientras su grácil figura se desliza silenciosamente por los corredores, la cara del desdichado se suaviza con gratitud a la vista de ella. Cuando todos los oficiales médicos se han retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas.”

Se le conoció como la Dama de la Lámpara y su luz ha seguido alumbrando en la obscuridad que surge después de un diagnóstico de enfermedad crónico degenerativa o padecimiento fuerte en cualquier familiar y su legado se hace presente detrás de cada rostro que podemos ver en el cuerpo de enfermería que se convierte en el primer bastión de defensa del paciente.

Es precisamente el cuerpo de enfermeros el enlace más directo que el paciente y sus familiares pueden tener con los tratamientos médicos más adecuados para alcanzar las metas de salud y de mejor calidad de vida necesarios en cada caso.

Si los acompañantes de los pacientes y el cuerpo médico junto con los enfermeros logramos cerrar filas podemos alcanzar una ayuda más eficiente para el paciente que, en todo caso, es el protagonista de todas estas historias de vida, de lucha, de entrega y de pasión.  Si resolvemos los puntos de Derecho a la Salud y empoderamiento del paciente adecuadamente y entendemos que no hay enfermedades sino pacientes con historias propias y con poder de decisión, entonces la luz guiará los pasos del paciente de una manera más segura aún en medio de las tinieblas más profundas.

El cuerpo de enfermeros es esa hermosa luz que se abre frente a la desesperación de la enfermedad, que brilla intensamente cuando la cita con el médico es lejana y hay mucho que saber, aprender y entender, se convierten en la luz cálida de la empatía y en la llama ardiente de los guerreros que están dispuestos a luchar hombro con hombro por los pacientes.

Los familiares, cónyuges, amigos, hijos, padres y compañeros de trabajo del paciente se convierten en el candelabro firme y constante que debe de sostener la luz que emana del cuerpo de enfermería, pero es precisamente el paciente el que debe de caminar su propio destino y vencer sus propios demonios para poder tener mejores resultados a lo largo del tratamiento que haya elegido seguir.

Sí, si creo en los ángeles y me siento muy afortunada de verme rodeada por ellos que han dado tanta luz en un camino que de inicio parecía siniestro y lleno de obstáculos y, si bien, ha sido un viaje iniciático, también ha estado lleno de aprendizajes, transformación, calidez y crecimiento.

Una muy querida amiga y poeta mexicana, Mónica Suárez, en su libro “instrucciones para buscar en la niebla” en su poesía Filos de luz nos dice “Cómo explicarle a la luz que su madre es la sombra” y es precisamente de esas sombras de duda y miedo que, gracias a la llama cálida del cuerpo de enfermería, se puede transitar siguiendo la luz de sus linternas hasta alcanzar la claridad y emerger fortalecidos del viaje iniciático más importante en la vida de un paciente de enfermedad crónico degenerativa: el empoderamiento del entendimiento de su propia condición y la toma de decisiones que lo llevarán a la adherencia comprometida al tratamiento que en realidad quiere seguir. Ejercer su Derecho a la Salud y la dignidad de su propio Libre Albedrío.


Muchas gracias.

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