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jueves, 16 de octubre de 2014

Y tú ¿hablas pagano?, por Claudia López Vargas




Angelito de mi guarda
Mi dulce compañía
No me desampares
Ni de noche ni de día

Tengo un profundo respeto a la religión Católica, nací en su seno y provengo de familias practicantes.  Como es lógico de suponer, fui criada en esta fe y, como lo dictaban “las buenas costumbres” del momento, crecí espiritualmente en lo que mis padres consideraron el mejor catecismo, el de más tradición y en el que me “rozaría” con la gente adecuada y de nuestra misma condición.

Así, sin más trámite, fui enviada a la Parroquia Alemana, a Santo Tomás Moro.  Los años y la vida me enseñarían que mis padres tuvieron razón, aunque por otros motivos, sí fue una gran elección y fue el mejor lugar que pudo haber para mí.

La instrucción religiosa que recibí en este hermoso recinto fue siempre a través del conocimiento, de la razón y de muy variadas lecturas. Si bien era importante el “dogma”, lo más importante era el cultivo cultural que hicieron en cada uno de los que asistíamos a nuestras clases semanales.  Puedo afirmar que fuimos neuronas muy bien tratadas, emociones cuidadas, intelectos cultivados e individuos incitados a pensar y discernir en todo momento.

Me involucré en una vida “religiosa” activa, desde muy joven me convertí en catequista y a los 18 años era la guía del grupo juvenil.  Tuve que pasar por una serie de estudios muy serios, de cursos, seminarios, actualizaciones y conferencias.  Conforme pasaba el tiempo y me preparaba más me iba dando cuenta de lo mucho que quería llegar a saber y que la gran mayoría de las personas (religiosas o laicas) que me rodeaban eran sumamente agresivas con cualquier otro que practicara un credo diferente.

A los dos años de haber entrado a la universidad, mis horarios se volvieron totalmente locos y ya no tuve tiempo de seguir adelante con el grupo juvenil.  Me plantee nuevas metas para mi desarrollo espiritual y armada con la fuerza y el vigor que da la juventud empecé a hacer estudios más profundos en teología, biblia y temas afines.

No me había dado cuenta que todas aquellas semillas de conocimiento que se sembraron en mí desde pequeña ya habían dado vida y estaban muy próximas a dar frutos.  Una cosa me fue llevando a otra, sabía que desde mi nacimiento era “diferente” a la mayoría de las personas, podía sentir cosas que los demás no, tenía una necesidad infinita de saber y el libro que siempre consideré como la guía de muchas cosas no estaba preparado para responder.

Había llegado el momento de redefinirme, de introspectar y de decidir de manera consciente el camino que se convertiría en la gran búsqueda de mi vida. La primera pregunta que surgió en mí fue si en realidad era Católica por gusto, por convicción, por comodidad o por herencia familiar. La respuesta no se hizo esperar y fue el día en que empezó el gran peregrinaje, la gran aventura del conocimiento y que al día de hoy sigue su curso como río salvaje.

Primero tuve que entender que la palabra “religión” en ocasiones se usa como sinónimo de “religión organizada” u “organización religiosa”, es decir, instituciones que respaldan el ejercicio o la actividad de ciertas creencias y ceremonias, frecuentemente bajo la forma de entidades legales, alejándose de su etimología proveniente del latín religare o re-legere, lo que une o re-liga.

Filosóficamente, la religión puede ser un estilo de vida, un camino hacia la plenitud que inicia desde el mismo instante que se cobra conciencia de la misma.
También se utiliza para referirse a una obligación de conciencia que exhorta y anima al cumplimiento de un deber.

La religión es una actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos precisas, mientras que otras carecen de estructura formal, pero es un hecho indiscutible que, en todo caso, organizadas o no,  están integradas a las tradiciones de la región en la que se desarrollan.

Antes de ser usado con un sentido relacionado a las divinidades, el término “religión” o “religioso” era utilizado para expresar un temor o un escrúpulo supersticioso. Y se desprenden dos grandes corrientes de pensamiento que siguen en boga hasta nuestros días.

La primera interpretación relacionada con el culto es la de  Cicerón que, en su obra “De natura deorum”, ofrece la siguiente etimología: “Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman atentamente y como que las releen, son llamados ‘religiosos’ a partir de la relectura”. Esta etimología —filológicamente más correcta— subraya la fidelidad a los deberes que la persona religiosa contrae con la divinidad y por tanto está más relacionada con la justicia.

La otra etimología, propuesta por Lactancio, hace derivar la palabra ‘religión’ del verbo latino religare: “Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos ‘religados’, de donde el mismo término ‘religión’ tiene su origen, no —como fue propuesto por Cicerón— a partir de ‘releyendo’”. Este segundo sentido resalta la relación de dependencia que “religa” al hombre con las entidades superiores de las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y que le lleva a ofrecerle tributo y sacrificio en actos de culto.

En “Las formas elementales de la vida religiosa” (1912) podemos encontrar la conocida definición de religión del sociólogo francés Durkheim: “Una religión es un sistema solidario de creencias y de prácticas relativas a las cosas sagradas. […] Toda sociedad posee todo lo necesario para suscitar en sus miembros la sensación de lo divino, simplemente a través del poder que ella ejerce sobre ellos”.
Para 1941 en su ensayo “Del imperio romano”, José Ortega y Gasset escribe “Cuando el hombre cree en algo, cuando algo le es incuestionable realidad, se hace religioso de ello. Religio no viene, como suele decirse, de religare, de estar atado el hombre a Dios. Como tantas veces, es el adjetivo quien nos conserva la significación original del sustantivo, y religiosus quería decir ‘escrupuloso’; por tanto, el que no se comporta a la ligera, sino cuidadosamente. Lo contrario de religión es negligencia, descuido, desentenderse, abandonarse. Frente a relego está nec-lego; religente (religiosus) se opone a negligente”.

Así, se puede pensar que la religión es la configuración u organización de la existencia a partir de dimensiones profundas de la experiencia humana que relacionan al hombre con algo que se le presenta como último y trascendente. Estas dimensiones varían de acuerdo con las circunstancias y culturas a las cuales pertenece el individuo. Estas religiones pueden ser reveladas o no reveladas.

Entonces, si religión es aquello a lo que presto atención, aquello a lo que me enfoco con más pasión, aquello en lo que puedo ser escrupulosa y disciplinada, eso que crea una obligación divina de releer y entender, entonces mi interés por conocer más formas de pensamiento se incrementó.  Este simple descubrimiento me llevó a pensar que la vida es como un inmenso rompecabezas y que todo lo que podamos aprender, saber, investigar, vivir, intuir, es tan solo una pieza más.  No importa cuántas logremos juntar o poner en su lugar, siempre serán demasiado pocas para entender la vida, el pensamiento y el conocimiento, y el panorama se vuelve más árido si quiero empezar a tocar un poco de la sombra de la divinidad.

Tuve entonces que entender otras palabras que ahora me lanzaban mis familiares y amigos con más furia a la cara: fe, dogma, ateísmo y paganismo.  Siempre pensé que entendía los significados de cada una de ellas, qué equivocada estaba; los empecé a entender cuando se convirtieron en armas filosas y llenas de ponzoña que las personas con posturas religiosas extremas y poco informadas las usan para defender “su creencia” tratando de intimidar y destruir a todo aquel que no piense, viva o profese lo mismo que ellos. Y fue cuando entendí que son, precisamente estas personas, tus vecinos, tu familia, tus amigos, la gente común, los verdaderos sicarios y no precisamente de Dios.

Así, la fe que siempre había creído se sustentaba en la razón y que eran, fe y razón, diferentes pero no por eso contrarias, se convirtieron en los dos grandes rivales y en los escudos de posturas irreflexivas y separatistas. Siempre pensé que la fe era la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrina o enseñanza de una religión.  No, las personas me demostraron que en la práctica diaria la fe es una creencia sin evidencia y eso se traduce en un proceso activo de no pensar.

De acuerdo a Bertrand Russell, "No hablamos de la fe de que dos y dos son cuatro o de que la tierra es redonda. Solo hablamos de la fe cuando queremos sustituir la evidencia por la emoción". Mientras que los cristianos, judíos, mahometanos, y muchos más sostienen que su fe es buena, única y verdadera, y que el resto de las fes hacen daño y adoran a falsos dioses, Russell declaró a toda fe dañina. En “¿Puede la fe resolver nuestros problemas?” (1954) argumentó que este proceso es una fuente de violencia, guerra y destrucción ya que pueblos distintos sustituyen la evidencia por emociones distintas. Russell denunció que, debido a que ninguna de ellas puede defenderse racionalmente, el proselitismo con niños pequeños y, si es necesaria la guerra, son consecuencias inevitables al albergar fuertemente cualquier fe.

Entonces, razona Paul Boghossian, filósofo armenio, que la fe es una afirmación de conocimiento sin evidencia que la justifique, por lo que propone la siguiente definición como la mejor descripción de fe en su uso real: "Fingir saber algo que no sabes".

Y en este saber sin saber, se han cometido las peores atrocidades y genocidios en nombre de la fe y de Dios, no sé cuál dios, que está sediento de sangre, venganza y odio profundo por el ser humano, que dicho sea de paso, es su propia creación.

Si el tema de la fe es en sí mismo ríspido, entrar a la definición de dogma se convierte en un gran desafío ya que se le puede definir como el fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión. Es un principio o conjunto de ellos establecidos por una autoridad como una verdad incuestionable; sirve como parte de las bases fundamentales de una ideología o sistema de creencias y que no puede alterarse o descartarse sin afectar a todo el paradigma del sistema o la ideología en sí. El término puede referirse a opiniones aceptadas por filósofos o escuelas filosóficas, decretos públicos, religión o decisiones promulgadas por autoridades políticas.

Entonces el dogma es la palabra misma de Dios que no puede ser interpretada, cambiada, evolucionada, reescrita. Muchos tienen la idea del “dedo flamígero de dios” escribiendo de forma indeleble, no sólo en piedra, sino en los destinos de los hombres y de la historia toda de la humanidad.

Cuando nos damos tiempo de estudiar un poco más a fondo cualquier libro sagrado, (que por cierto cada religión, filosofía o creencia tiene el suyo), nos damos cuenta que además de una serie de reglas o valores para la convivencia diaria en sociedad, podemos ver el uso y costumbre de la época en que fue escrito, que hay estilo literario, que corresponde a su época y que la pluma la manejó un simple mortal,  a veces, dicen, en estado alterado de conciencia recibió el dictado de Dios y lo único que hizo fue transcribir.

Dogmas, creencias más allá de la razón, de lo comprobable; instrumentos de control y de enajenación, de atraso en el pensamiento y euforia en la pasión del juicio condenatorio a todo aquél que piense diferente.  En otras palabras, los dogmas son un conjunto fundamental de creencias que definen determinada religión, y la distinguen de otras religiones. Por tanto, los dogmas no son ideas sujetas al cambio ni al consenso, simplemente lo deben de creer por absurdo que parezca.
Al calor de esta búsqueda para tratar de siquiera vislumbrar alguna respuesta, he sido llamada de mil formas, me han gritado que no tengo fe, que de acuerdo al dogma, me condenaré al infierno y que mi alma arderá por toda la eternidad, claro, mis culpas no han sido tan graves ya que nadie me ha dado la pena de ser masticada por Satán, como Judas que ya lleva dos mil años en esa muy incómoda postura.

Cuando me empezaron a llamar, de manera peyorativa, atea me hicieron un gran favor ya que mi mente dio un vuelco y mi búsqueda abrió un nuevo camino de investigación. Me di cuenta de que era segregada y temida ya que nunca rechacé a Dios, ni a ningún dios que la gente adorara, eso lo respeto profundamente, sino que estuve en contra de la idea de dios que tienen muchos que en su afán de no pensar, hacen de él el Gran Inquisidor de sus propias pasiones, taras y minusvalías emocionales e intelectuales.  De inmediato se abrieron los avernos, las llamas salieron como grandes lenguas listas a lamer las culpas y los demonios hicieron aquelarres a mi alrededor… ¿En serio? ‘come on!’ Nadie se dio el tiempo de saber o escuchar que sí creo firmemente en Dios, no en el suyo, no me pueden encasillar en una religión ya que no profeso ninguna, no acepto ni juro dogmas ajenos y sin embargo respeto toda vida y toda forma de pensamiento.

De pronto surgieron espontáneos tratando de rematar esta situación condenatoria y me llamaron pagana, sí, me interrelacionaron con las más antiguas creencias de la humanidad, con la naturaleza, con la fuerza de la energía, con el amor divino, con la interacción con los seres de luz y con las fuerzas místicas. Sólo con llamarme de esta manera me alejaron de la idolatría y me pararon con fuerza en el respeto más absoluto a todo lo que me rodeaba, ¿y creían que me insultaban? Que Dios, mi dios y mi idea de Él los bendiga por toda la eternidad. Cimentaron con fuerza la realidad que vivo el día de hoy.

Este evento me hizo voltear la mirada hacia los ancestros, su sabiduría, hacia todos los tiempos, a entender que si soy capaz de verme reflejada en los ojos de todo ser vivo, entonces estoy empezando a tocar esa orilla de la sombra de la divinidad.  Me llevaron al nirvana más extático al darme cuenta de que todos somos dios, ya que todos estamos hechos de lo mismo y que somos co-creadores en responsabilidad plena de nuestra creación.  Me ayudaron a entender que la humildad es uno de los “dogmas” más poderosos y que estamos hechos de lo mismo que están hechas las estrellas.  Somos Seres de Luz, Guerreros incansables, buscadores de evolución, caminantes de las estrellas.

Todo esto y más es el paganismo, es la integración de la conciencia universal, la evolución como especie y como individuo.  Y tuve que aprender un nuevo idioma, que estaba ahí, en el fondo de mi alma, en la parte más primigenia de mi sistema límbico.  Al principio se tartamudea mucho, poco a poco se va uno soltando y con la práctica se van dominando palabras y conceptos. 

En ocasiones es importante distinguir entre “religión” y “postura religiosa”. Siendo la religión un sistema de creencias, preceptos, prácticas y rituales, una postura religiosa es la forma como un individuo se identifica frente a una o varias religiones. Y, de preferencia, debemos de encontrar dos lados en este conocimiento religioso, el lado exotérico que es un conocimiento público, inteligible y accesible y el lado esotérico que es aquella parte secreta o discreta, críptica que se accede a través de la introspección, del conocimiento y de la evolución llegando así al sincretismo respetuoso de todo lo que nos rodea.

Me declaro en un camino fascinante, sigo aprendiendo a recordar, cada día soy más feliz con lo que soy, “diferente”, bruja, maga, hechicera y pagana.

miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Crees que tienes hambre? La gran farsa de la ansiedad por Claudia López Vargas



No es hora de comer, de hecho aún faltan más de tres horas, pero lo único en lo que puedes pensar es en la próxima vez que te llevarás algo a la boca y lo que será. ¿Por qué te sucede eso? La razón es sencilla, resulta que nuestro cerebro y cuerpo están conspirando constantemente para hacernos creer que es la hora de comer, cuando en realidad no lo es. Estas son algunas razones por las que sufres el engaño del hambre atroz.

Anoche no dormiste lo suficiente, ayer comiste demasiado, estás en tu periodo premenstrual, podrías haber desayunado mejor, tomas medicamentos, tomas bebidas bajas en azúcar, estás sediento, estás aburrido, estás estresado.  Todos estos factores son disparadores para hacernos creer que tenemos hambre, nuestro cuerpo pide carbohidratos para compensar la falta de energía, el agotamiento, el proceso químico de los medicamentos, las grasas benéficas que no hemos ingerido, producir más adrenalina, en fin, que te pide que comas para cubrir sus procesos biológicos básicos de sobrevivencia cuando no tiene peligros inminentes en frente.  Cualquiera de estos motivos los hemos provocado nosotros mismos y nuestro cuerpo solamente reacciona ante ellos.

A todo lo anterior podemos agregar la parte emocional que es la que tiene la mayor incidencia en las causas de la ansiedad y de la alimentación excesiva que ha definido a nuestra sociedad en los últimos 50 años.

Una forma de vida sedentaria y malos hábitos alimenticios no es la única causa de que exista el sobrepeso. Existen casos en los que el ejercicio y la insistencia en una dieta baja en grasas no es suficiente para conseguirlo; la ansiedad por la comida, comer en busca de consuelo emocional, los antojos por los dulces, e incluso los atracones ocasionales son causas muy frecuentes del aumento de peso. La comida, en muchos casos es el “gran refugio emocional” que lejos de hacernos sentir mejor nos va hundiendo más y más en la desesperación y la culpa convirtiéndose en un patrón de vida muy nocivo.

Si alguna vez has empezado a comer galletas y cuando te has dado cuenta te has comido casi toda la caja, lo más probable es que lo que necesitabas era una gratificación momentánea o un paliativo a alguna situación que para ti implique cargas excesivas de estrés, más que saciar tu hambre.

La razón por la que no podemos parar de comer es que los alimentos dulces resultan muy satisfactorios no sólo por el sabor, sino porque los carbohidratos (dulces, pan, pasta, helados, galletas, chocolates, refrescos, alcohol...) tienen un efecto calmante natural.  Nuestro subconsciente busca en la comida una manera temporal de levantar su estado de ánimo.

Este momento es casi fugaz, la ansiedad se calma durante tan sólo 20 minutos y, generalmente, vuelve con más fuerza y en ocasiones hasta con desesperación.

Si nos dejamos llevar por nuestro estado de ánimo y cada vez que nos sentimos estresados alargamos la mano para acercarnos algo a la boca empieza el problema. A la larga el recurrir a estos alimentos reconfortantes va a hacer que te sientas peor y vas a empezar a experimentar sensaciones muy poco gratas como aletargamiento, cansancio, problemas de peso y sentimientos de culpabilidad.

La comida no va a hacer desaparecer esas situaciones que te producen estrés, irritabilidad, tristeza, frustración, aburrimiento o agotamiento mental. Comer estos alimentos te "anestesia emocionalmente" y te ayuda a sentirte mejor por unos instantes, pero tu estado mental no va a cambiar, lo único que conseguirás es engordar.

Cuando utilizas la comida como recurso emocional, te ves atrapado en un círculo vicioso y se te hará imposible conseguir perder peso a no ser que rompas el hábito y hagas un nuevo patrón de vida, y en este caso, más saludable.

Cuando estés a punto de comer, detente y pregúntate si en realidad tienes hambre. ¿Si comes una manzana estás bien o necesitas algo dulce? Si necesitas algo dulce probablemente lo que intentas es evadirte de la realidad, si tienes hambre una manzana te saciaría más ya que contiene más micronutrientes que es lo que tus células necesitan en realidad.

Piensa en lo que sientes en ese momento ¿Estás aburrido? ¿Te sientes solo? ¿Estás enfadado? Te ayudará anotar los sentimientos y emociones que sientes en ese momento para averiguar qué es lo que te empuja a comerte casi todo el helado que tienes en casa.

No siempre es fácil controlar los sentimientos y emociones que te empujan a comer. Si estás estresado prueba a ir a correr o hacer algo de deporte; si no te gusta puedes simplemente salir a caminar, relajarte y disfrutar del paseo. Si estás ansioso prueba con algo de música calmante, date un baño o un masaje, medita unos minutos. No reprimas lo que sientes, habla con alguien, hablar sobre tu problema o lo que te preocupa es un paso muy importante que te ayudará a librarte de toda esa carga excesiva.

Trata de esperar 10 minutos antes de comer, sal a dar un paseo, escucha música, ve un programa de  televisión que te guste, lee un libro. Cada día que consigas evitar comer por ansiedad es un gran éxito, entonces al día siguiente añade 5 minutos más a las actividades que te hayan ayudado a mantenerte con más serenidad, con eso conseguirás controlar tu dependencia por la comida.

Hazlo lo mejor que puedas. No pasa nada si un día no lo consigues, no te presiones en exceso, simplemente tienes que dar un paso a la vez y podrás ir alcanzando tus metas.

¡Mucho ánimo! Puedes conseguirlo y así eliminar de tu vida toda dependencia.


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martes, 14 de octubre de 2014

Travesuras que engañan al cuerpo por Claudia López Vargas



1. Si te pica la garganta, ráscate el oído.
Al presionar los nervios de la oreja, se genera un reflejo inmediato en la garganta que produce espasmos y alivia la molestia.

2. Para escuchar mejor usa sólo oído del lado derecho.
Si estás en una discoteca o en un lugar muy ruidoso y no oyes bien lo que te dicen, gira tu cabeza y usa sólo tu oído derecho, ya que éste distingue mejor las conversaciones, mientras el izquierdo identifica mejor las canciones que suenan bajo.

3. Para aguantar las ganas de ir al baño piensa en sexo.
Cuando no resistes las ganas de orinar y no tienes un baño cerca, piensa en sexo. Eso entretiene a tu cerebro y el estrés disminuye.

4. Toser mientras te vacunan reduce el dolor.
Un grupo de científicos alemanes, descubrieron que si toses al momento que te inyectan, se aumenta la presión en el pecho y en la espina dorsal, lo que inhibe los conductores de dolor de la médula.

5. Si tienes la nariz tapada.
Presiona tu paladar y la parte superior de la nariz. Toca el paladar con la lengua fuertemente y con un dedo sujeta la nariz bajo el entrecejo. Esto permite que las secreciones se muevan y puedas respirar.

6. Cuando tengas acidez duerme sobre tu lado izquierdo.
Esto permite crear un ángulo entre el estómago y el esófago, para que los ácidos no puedan pasar a la garganta.

7. Cuando te duela una muela frota un hielo en tu mano.
Debes pasar el trozo de hielo por la zona en forma de "v" que se produce entre el dedo pulgar y el índice por la parte contraria a la palma. Esto reduce en un 50% el dolor, ya que este sector está conectado a los receptores de dolor de la cara.

8. Cuando te quemes, presiona la herida con un dedo.
Luego de limpiar la zona afectada, haz presión con la mano en la quemadura, ya que esto permite volver a la temperatura inicial y evita la aparición de ampollas. (Sólo sirve en pequeñas quemaduras)

9. Cuando estés ebrio.
Apoya la mano sobre una mesa o superficie estable. Si haces esto, tu cerebro recobrará la sensación de equilibrio y evitarás que todo gire a tu alrededor.

10. Al correr, respira cuando apoyes el pie izquierdo.
Esto evitará que sientas picor en el pecho, ya que si respiras cuando apoyas el pie derecho, causas presión en el hígado.

11. Si te sangra la nariz, haz presión con tu dedo.
Si te echas para atrás puedes ahogarte con tu sangre, así que lo mejor es apretar con tu dedo el lado de la nariz en que tienes la hemorragia.

12. Para controlar los latidos cardiacos cuando estés nervioso.
Pon el dedo pulgar en tu boca y sopla, esto ayudará a que tu corazón deje de latir tan rápido a partir de la respiración.

13. Para aliviar el dolor de cabeza cuando tomas agua muy helada.
Al beber algo muy congelado, el paladar se enfría y el cerebro lo interpreta. Por eso debes colocar tu lengua sobre el paladar para que vuelva a su temperatura normal.

14. Prevén la falta de visión cuando estás frente al PC.
Cuando pones tu vista en un objeto cercano como un computador, la vista se cansa y falla. Para ello, cierra tus ojos, contrae el cuerpo y aguanta la respiración por un momento. Luego relaja todo. Santo remedio.

15. Despierta a tus manos y pies dormidos moviendo tu cabeza.
Cuando se te duerma un brazo o la mano, gira tu cabeza de un lado a otro y verás como la sensación pasa en menos de 1 minuto, ya que las extremidades superiores se duermen, por presión en el cuello. En tanto, si es una pierna o un pie, sólo camina unos segundos.

16. Método fácil para aguantar la respiración bajo el agua.
Antes de sumergirte, haz muchas respiraciones rápidas y fuertes para lograr que el ácido de la sangre desaparezca, pues éste es el que causa la sensación de ahogo.

17. Memoriza los textos en la noche.
Cualquier cosa que leas antes de dormir, la recordarás con más facilidad...

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lunes, 13 de octubre de 2014

¿Entrevista de trabajo? ¡Qué me pongo! por Claudia López Vargas





¿Por qué tu "traje de poder" marrón podría hacerte ver  pasivo, por qué debes deshacerte de la idea de usar azul marino si estás en un campo creativo y nunca vestirte de naranja?

El color tiene una gran cantidad de energía y es una herramienta muy poderosa para enviar mensajes a las personas con las que tratamos. Dicen los psicólogos del color que puede ser un calmante, puede inducir a sentir hambre e incluso te pondrá en el humor adecuado para el romance, Pero, ¿puede ayudarte a conseguir un trabajo?

De acuerdo con un estudio recientemente realizado por Harris Interactive para Career Builder el color que uses no sustituye ni compensa la falta de experiencia, pero vistiendo el adecuado puedes empezar con el pie derecho durante una entrevista. Una encuesta de gerentes de contratación y profesionales de recursos humanos reveló que los head hunters asocian atributos de la personalidad con los colores que los candidatos llevan a las entrevistas de trabajo.

Por ejemplo:
• El negro transmite liderazgo.
• El rojo es visto como un color de poder.
• El azul da la impresión de que la persona es un jugador de equipo.
• El gris se lee como una persona lógica y analítica.
• El blanco da la sensación de estar y ser organizados.
• Los colores verde, amarillo, naranja y morado se asocian con la creatividad.

"En términos de proyección, tu apariencia dice más sobre ti mismo que lo que dices con palabras o cómo lo dices", dice Carol Davidson experta en imagen y estilo de Nueva York. "Y de todos los elementos de tu guardarropa, el color habla antes que cualquier otro."

Además de pulir tu currículum y fortalecer tus habilidades para la entrevista, seleccionar la ropa adecuada es un elemento importante para encontrar un nuevo trabajo. El mejor color a elegir depende de la industria, dice Davidson, que es maestra titular en una clase sobre el guardarropa y la planeación de su color en el Fashion Institute of Technology de Nueva York. Antes de escoger una prenda de tu armario consulta esta lista de los colores más populares de ropa:

No uses Azul Marino en una entrevista para un trabajo creativo
El Azul Marino envía un mensaje de ser emprendedor, confiable, honesto y creíble, dice Davidson. Es una gran opción para las áreas de derecho o finanzas. Si tu interés está en un ambiente más creativo este color podría ser considerado demasiado conservador.

Los head hunters de la encuesta realizada en CareerBuilder recomiendan el azul marino más a menudo, con el 23% de la contratación de profesionales que lo identifica como su opción de color de vestuario preferido para áreas en donde es fundamental ser emprendedor, directivo y tener credibilidad.

Usa Negro si estás buscando para un trabajo de Alta Dirección
El negro es un color muy fuerte y es el más alto en la escala de autoridad, dice Davidson. "La mayoría de las personas imaginan que es una buena idea usarlo, pero para una primera entrevista realmente no quieres correr el riesgo de abrumar a la persona que está frente a ti", comenta la experta.

Si estás siendo entrevistado para una posición en la que estarías a cargo, Alta Dirección o si simplemente eres recatada en tu apariencia, apunta Davidson, el negro podría ser una gran opción. El 15% de los head hunters que participaron en la encuesta de CareerBuilder recomiendan vestir de negro en cualquiera de estos casos.

Es, probablemente, una buena idea evitar el Marrón y tonos de café, todos juntos en un solo vestuario
El polo opuesto al negro. Davidson dice que el café y el marrón transmiten el mensaje de que eres simple y lento para cambiar. De hecho, ella no recomienda el uso de este color para una entrevista en cualquier industria o área de trabajo.

"Al igual que todos los colores, el marrón y el café tienen algunos atributos positivos; pueden leerte como una persona reconfortante y fiable ", dice ella. "Pero en una industria que está a la vanguardia, con un ritmo rápido e innovador, se puede dar la impresión de que eres estúpido y pasivo."

El Gris es bueno para cualquier industria o área a la que te quieras postular
Una gran opción para llevar en una entrevista para cualquier industria es el gris, dice Davidson. "Envía un mensaje de ser roca sólida, prudente y confiable", dice esta experta en color.

Como el gris también se siente un poco más discreto, Davidson sugiere que se añada un color de acento con impacto visual dependiendo de la industria. Por ejemplo, alguien que solicita un trabajo en una agencia de publicidad puede agregar una bufanda roja, camisa amarilla o accesorios púrpura para añadir un poco de personalidad y estilo.

El Rojo puede llegar a ser demasiado si se usa solo
El rojo tiende a ser visto como “tan audaz y asertiva…”, y Davidson desaconseja que lo lleves puesto a una primera entrevista de trabajo. En muchas industrias se puede sentir como demasiado fuerte.

"El rojo puede enviar mensajes poco favorables sobre el candidato - que él o ella es dominante, rebelde y obstinado, por ejemplo", dice la experta en teoría del color. Hay una línea muy fina entre asertivo y agresivo, y el rojo es una elección arriesgada para una entrevista. Dicho esto, la percepción luchadora de este color puede ser muy adecuada en las ventas o la ley. En todo caso se puede usar el fucsia, el rosa mexicano o el palo de rosa para verte audaz y fuerte sin agredir visualmente al entrevistador.

¿Deseas que te perciban como alguien que tiene atención al detalle y que es minucioso? ¡Usa Blanco!
En contraste con el rojo, el blanco es un color tranquilizador que puede transmitir una sensación de nuevo comienzo, de imparcialidad, de limpieza y de pureza.

"Es de calidad  ‘impecable’, puede sugerir gran atención al detalle y por lo tanto hace que sea una buena opción para una entrevista en algún puesto que así lo requiera," dice Davidson. Si bien es probable que no quieras usar un conjunto blanco o parecer que vas a hacer la primera comunión, una camisa blanca impecable es apropiado para cualquier industria o área en la que te quieras desarrollar. Recuerda que el otro color que elijas deberá de ir enfocado al área para la que estés aplicando.

Pon al entrevistador de buenas y más relajado con verde, puedes enviar el mensaje de que eres único con púrpura o amarillo, pero por favor ¡NO te vistas de naranja!
El verde es un color asociado a menudo con una sensación de calma y bienestar, así como de riqueza y de prosperidad. Davidson dice que es una buena opción para un acento de color, ya que no sólo va a poner el entrevistador a gusto, se enviará un mensaje de posibilidad, de crecimiento y de desarrollo.

Para entornos más creativos, Davidson sugiere el uso de un color que brinca y se hace presente como el morado o el amarillo. El morado envía un mensaje de ser artístico y único, mientras que el amarillo significa el optimismo y la creatividad.

El naranja, sin embargo, encabezó la lista de CareerBuilder para el peor color, con un 25% de los empresarios diciendo que era el color más asociado con una persona que no es profesional.

Luz y oscuridad, claro y obscuro
No importa el color que elijas, también debes de considerar su tono; todos los colores se pueden escalar de autoridad a accesible, de fuertes a amables y de lejanos a cercanos.

Los colores oscuros son percibidos como formales y autoritarios, mientras que los colores claros hacen que te se veas más amable y accesible. Los colores brillantes transmiten confianza mientras que los colores apagados u opacos son conservadores y menos amenazantes.

Los colores contrastantes pueden también enviar un mensaje, cuanto más alto el grado de contraste - vestir de blanco y negro, o azul marino y blanco, por ejemplo – te percibirán como más poderoso, cuanto menor sea el grado de contraste parecerás más accesible y amigable.

También es muy importante que elijas los colores que vayan bien con tu tono de piel, personalidad, temporada y recordar que “menos es más”, nunca sobrecargues los accesorios.  La elegancia está en la sobriedad de tu arreglo.

No existe color ni indumentaria que te consiga un empleo, eso lo hace tu experiencia y habilidades que tengas para el puesto, pero los colores son grandes aliados para que te perciban de la manera adecuada facilitando un poco este proceso.

Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.