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jueves, 14 de junio de 2012

Adicción al azúcar y a los hidratos de carbono refinados Parte II por Claudia López Vargas





Esta es la segunda de cuatro entregas de este tema interesante, actual y, sobre todo, de salud pública...

EL SISTEMA INMUNOLÓGICO Y EL AZÚCAR

Estudios recientes vinculan al azúcar con problemas en el sistema inmunológico, tal como lo denuncia la doctora Nancy Appleton en Lick the sugar habit:

Una de las substancias aparentemente inofensivas y, sin embargo, una de las que mayores problemas crea al atacar nuestro sistema inmunológico es el azúcar. Los macrófagos quedan atorados en el azúcar y se imposibilita su acción. La misión de los macrófagos consiste en destruir, bloquear y activar la inmunidad cuando detectan la presencia de una toxina, un virus o una bacteria. Cada vez que ingerimos azúcar, aunque sea tan poco como dos cucharadas, las proporciones de minerales entran en desequilibrio. Este desequilibrio a su vez, en personas ya enfermas, puede durar horas y a veces ya no se recuperan. Cuando los minerales del cuerpo están en desequilibrio día tras día, año tras año, posiblemente por generaciones, la habilidad del cuerpo para volver a su homeostasis está agotada. El cuerpo ya no puede volver a su armonía o balance. Resulta increíble que las autoridades del Departamento de Salud Pública de diferentes naciones sigan manteniendo al público en la total ignorancia. Lo más que se ha conseguido es obligar a indicar en la etiqueta de los productos industriales si contienen azúcar, cosa que aparece prácticamente en el 90% de los mismos ya que ¡incluso los productos salados son conservados en azúcar!

POTENCIAL DE DEPENDENCIA
Hoebel explica que el azúcar desencadena la producción de opioides naturales en el cerebro, parte clave en el proceso de adicción. Retomando las palabras de Hoebel:

“El cerebro se vuelva adicto sus propios opioides de las misma forma que lo hace a la morfina o a la heroína. Aunque estas drogas poseen un efecto mayor el proceso es esencialmente el mismo”.

Así pues, el potencial de dependencia es considerablemente alto. La dependencia es de tipo psicológico y físico. Su síndrome de abstinencia se experimenta hasta después de varias semanas de haber descontinuado totalmente el uso de azúcar y alimentos que lo contengan. Sus síntomas incluyen depresión, fatiga, nerviosismo, ansiedad por comer alimentos dulces, falta de concentración, alergias e hipertensión. En grado extremo la dependencia al azúcar se presenta como hipoglucemia, en cuyo caso una privación de alimentos dulces puede conducir a ataques fatales.

El azúcar ES UNA DROGA, quizá no altere tu conciencia de una manera obvia e inmediata como el alcohol o las pastillas, pero produce cambios en el estado físico, emocional, mental y espiritual del usuario. Y como cualquier otra adicción, es devastadora en esos cuatro niveles.

Está en la naturaleza de todos los adictos negar que tengan una adicción. Y también lo está apuntar hacia otros adictos y decir "mi problema no es tan serio como ese". Especialmente los adictos al azúcar sufren de esta forma de negación. El azúcar se ha convertido en el mayor contaminante de nuestras comidas

Campbell después de años de estudios, en 1966 concluyó que el azúcar refinado, crea adicción y estableció tres reglas respecto los efectos de su consumo en seres humanos:

1) Regla de los 20 años. Un individuo puede resistir los efectos perjudiciales del azúcar refinado durante 20 años; a partir de ese momento aparece la diabetes.

2) Regla de las 70 libras (31.5 kilos). Una población puede consumir hasta 70 libras de azúcar por persona por un año antes de que afloren enfermedades graves.

3) Regla del 20 %. En poblaciones con presencia de diabetes, el consumo de sacarosa será superior al 20 % del consumo total de calorías.

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