Páginas

miércoles, 1 de febrero de 2012

Auriculoterapia por Claudia López Vargas


La auriculoterapia es un método de tratamiento utilizado en la medicina china tradicional, también conocido como auriculopuntura, variante de la acupuntura, que consiste en la estimulación de los puntos acupunturales que se localizan en el pabellón auricular. El abanico de tratamientos que permite es bastante amplio y la operación muy sencilla. Sobre sus resultados, se han destacado la aplicación para el control del exceso de apetito y la reducción del síndrome de adicción al tabaco, además de su utilización como anestesia en operaciones quirúrgicas.
En la oreja se refleja una imagen parecida a la de un feto “in utero”. El feto está orientado cabeza abajo, a nivel de su lóbulo. Esta forma funciona en la teoría de la medicina china como el “espejo” de todo el cuerpo.
En la oreja existe un punto reflejo para cada zona del cuerpo, que es perceptible en el caso de enfermedad; sólo cuando una región del cuerpo humano pierde el equilibrio fisiológico, pueden detectarse en la oreja los puntos alterados. Este hecho es clave y puede utilizarse como método de diagnóstico. Una vez detectados los puntos, se puede proceder a su estímulo para volver a equilibrar el organismo.
Según la medicina china, la oreja está estrechamente relacionada con los meridianos (nadi): los que llegan a ella tienen una íntima relación con los órganos internos, por ello tiene también una conexión muy directa a nivel de fisiología y fisiopatología. Ésto implica que la oreja no es sólo un aparato que ayuda al oído, sino también un instrumento importante para el diagnóstico y tratamiento de patologías. Los puntos acupunturales que se encuentran en la aurícula son puntos estimulantes en los tratamientos. Los puntos denominados de reacción positiva se toman como referencia en el diagnóstico.
La auriculoterapia puede utilizarse para el tratamiento tanto de enfermedades agudas como crónicas, permite utilizar estímulos semipermanentes (balines y grapas) y, además, tiene generalmente rápidos resultados. Por el contrario, el tratamiento tiene nulo o escaso resultado después de realizar un gran esfuerzo físico o mental; por este mismo motivo, no se recomienda realizarlo a personas que tomen altas dosis de psicofármacos, tengan enfermedades hereditarias o trastornos degenerativos, esquizofrenia, depresión endógena, anemias, principios de apendicitis, enfermedades contagiosas y de transmisión sexual y, por último, enfermedades que afecten a la médula espinal.
Está contraindicada en todos los casos en que esté afectada la oreja por quemaduras, cortes, úlceras o eczemas y en los embarazos, no se deben estimular los puntos hormonalmente activos.
Las terapias y diagnósticos a través del pabellón auricular son conocidos en todo oriente, desde Egipto, pasando por Persia, hasta China y, más tarde, descritos algunos de sus tratamientos por médicos de Grecia, Portugal, Italia y, especialmente por la importancia en su desarrollo moderno, de Francia. Las técnicas se basaban en experiencias y eran transmitidas de forma oral, lo que limitó su desarrollo e importancia.

Los primeros documentos escritos que relacionan la oreja y los nadi (meridianos), así como el diagnóstico observando el pabellón auricular, están datados en el año 400 a. C. en China, aunque es durante la dinastía Tang cuando se difundió en la medicina china la estimulación de la oreja como terapia contra algunos trastornos del cuerpo humano.
El afamado egiptólogo Alexandre Varille, constató en sus estudios que las mujeres egipcias que no deseaban tener más hijos se perforaban el pabellón de la oreja.
En Grecia los médicos Hipócrates y Galeno estudiaron y describieron las relaciones de las perforaciones en la oreja con trastornos menstruales y sexuales.
En Persia, se utilizaban las cauterizaciones en la oreja para el tratamiento de la ciática. Según antiguos informes médicos conservados.
El médico portugués Abraham Zacutus Lusitanus (1575-1642), describió la utilización de las cauterizaciones en los pabellones auriculares para el tratamiento de la neuralgia ciática.
El médico y anatómico italiano Antonio María Valsalva (1666-1723), describió la región de la oreja que debía cauterizarse para reducir los dolores dentarios en su obra "De aura humana tractatus" (1704).
En Francia, el Dr. Paul Nogier de Lyon (1908-1996), observó en la década de los años 50 que una curandera de la región trataba a sus pacientes de ciática, cauterizando la zona del antehélix. A partir de este momento, las estimulaciones de la oreja fueron estudiadas, ampliadas y todas las técnicas revisadas y actualizadas, durante la década de los años 60. Dedujo que la totalidad del antehélix de la oreja sería el reflejo de la columna vertebral de forma invertida e inspirado en los principios tradicionales chinos, fue el primer médico occidental que exploró con criterio científico la auriculoterapia china, logrando revivirla.
Posteriormente, el Dr. Jacques Niboyet estudió la resistencia al paso de la corriente eléctrica de los puntos acupunturales y descubrió que los puntos auriculares presentaban una resistencia diferente a la de su entorno, lo que permitió el diseño de aparatos que permitían localizar los puntos activos de forma precisa. Desapareció así la falta de fiabilidad en esta técnica, para dejar paso a un método terapéutico objetivo, repetible y que permitía demostrar la existencia de estos puntos. Desde este momento se pudo ir completando la cartografía auricular, cada vez con más precisión y se avanzó en la investigación de la respuesta del organismo a varios tipos de estimulaciones, lumínicas, magnéticas y químicas, preferentemente.
La Oficina Regional del Océano Pacífico Occidental de la OMS (WHO-ROWP) celebró en Seúl (Corea del Sur) en 1987, la tercera conferencia sobre estandarización de nomenclatura de puntos acupunturales, discutiéndose en ella el número de puntos auriculares, que quedó fijado en 43 con el mismo nombre y localización en Francia y China y otros 36 con desigual localización, aunque igual nomenclatura.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.

martes, 31 de enero de 2012

Presentación de Sombra, Personal Coaching


Aquí te ponemos el enlace a nuestra presentación de servicios tanto personales como empresariales, échale un ojo y déjanos saber tus comentarios. Sólo dale click al título y te llevará al enlace.


En tu camino al éxito déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.

domingo, 29 de enero de 2012

Flores de Bach y el origen de la enfermedad por Claudia López Vargas


Uno de los aspectos más notable de la terapia floral de Bach es la búsqueda y el tratamiento del origen verdadero de la enfermedad. Cuando nos enfermamos, normalmente buscamos un remedio rápido y eficaz para sentirnos mejor, pero casi nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta enfermedad. Por ejemplo, si nos da gripe, normalmente lo asociamos con algo externo, como lo es el virus de la gripe o el que nos hayamos mojado, tomado una nieve o salido a la calle una noche en que hacía frío. Estos factores pueden ayudar a que nos enfermemos, pero no siempre que nos mojamos o convivimos con una persona con gripa nos enfermamos, así que debe de haber otro factor, y ése es el factor emocional.
Cada vez son más las investigaciones que comprueban lo establecido por el Dr. Bach: las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No sólo afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción negativa.
Por ejemplo, emociones como el odio, la envidia y el resentimiento están relacionados con enfermedades como el cáncer y la diabetes. Las enfermedades de la piel se relacionan con la falta de autoestima. Siempre que hay cambios en el estilo de vida hay tensión emocional, lo cual debilita el sistema inmunológico, que a su vez propicia el desarrollo de enfermedades.

Es allí donde las flores de Bach muestran su valor. No solo sirven para resolver el problema emocional, sino también la causa emocional de la enfermedad.
Mientras algunas terapias pueden simplemente aliviar los síntomas, las flores de Bach resuelven su verdadero origen. No por ésto debe de dejar de tratarse la enfermedad a nivel físico, pero si no se resuelve el problema emocional, es muy probable que con el paso del tiempo el problema físico vuelva a aparecer.
Una vez que entendemos que las enfermedades tienen su origen en las emociones, podemos analizarnos a nosotros mismos hasta encontrar cuáles fueron las emociones que provocaron la enfermedad. Por ejemplo, si tenemos gripe, podemos recorrer las emociones y experiencias del pasado que nos han llevado a esta enfermedad. Puede ser una simple tensión emocional pasajera, por aspectos familiares, escolares, o de trabajo, pero lo suficientemente poderosa como para debilitarnos lo suficiente para que la enfermedad física se presente. Una vez que tomamos conciencia de ello, es más fácil y rápido superar la enfermedad.
De esta forma, podemos entender a las enfermedades no como castigos o errores, sino como oportunidades para superarnos emocionalmente. Lo más deseable es que continuamente nos analicemos para conocernos a nosotros mismos, superando así nuestras limitaciones y alzando una mejoría personal. Pero si no nos autoanalizamos, entonces aparece la enfermedad, como si nuestro yo interno nos dijera: “¡Oye, me estás descuidando!”
Ahora, no siempre es fácil identificar esas emociones, y mucho menos superarlas. Entonces usamos las flores de Bach, ofreciendo al cuerpo un estímulo adicional para superar nuestros miedos, resentimientos y traumas.
Además de todo el trabajo personal que ésto implica, también es muy importante contar con la asesoría personalizada de un terapeuta, ya que nos ayudará, de una manera más clara, a identificar las emociones que nos están desequilibrando y nos puede dar mayor luz en el manejo de las mismas y en la sanación de nuestras vidas.
Si quieres profundizar en el tema, consúltanos. En tu camino hacia el éxito, déjate acompañar por Sombra, Personal Coaching.